En el caso particular de este blog tan solo hemos podido ver siete películas, seis dentro del festival propiamente dicho y una en la retrospectiva en la Filmoteca de Catalunya sobre el cine rumano. El cansancio, el trabajo y, porqué no decirlo, el dinero menguante han impedido que pudieramos disfrutar de más propuestas. En esta pequeña crónica solo reseñaré los sis títulos vistos dentro del certamen. Pero para escribir grandes crónicas sobre ellas hemos tenido a dos estupendos blogs de grandes amigos y compañeros, Después de 1984 y David de Lost Highway Blog. Unos auténticos cracks que han sido además la mejor de las compañías en las sesiones en las que hemos coincidido con ellos. También las webs Cine Divergente y Cine Maldito han escrito grandes crónicas del festival.
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Tango libre, de Frédéric Fonteyne
La inauguración del festival fue esta comedia dramática belga. Una película entretenida y a ratos divertida pero que de igual manera que el país al que pertenece es bastante esquizofrénica y no acaba de encontrar su identidad. Desde luego la opinión unánime es que no debería haber sido la película que diera el pistoletazo de salida al hospital. E incluso ni haber estado en él ya que no es una película de autor en el sentido que el festival propone. Supongo que el hecho de estar distribuida por Paco Poch y protagonizada por Sergi López la convierte en suficientemente mediática para esos menesteres.
Lo mejor: que es entretenida y la comida del final.
Lo peor: que no sabe muy bien donde va.
A última vez que vi Macau, de João Pedro Rodrigues y João Rui Guerra da Mata
Pues sí, esto si que es cine de autor y del malo. De ese que o te fascina o detestas, y que lamentablemente a mi me pasó lo segundo. Pocas veces 85 minutos se hacen tan eternos como este ejercicio de cine con cuatro chavos y panorámicas de la dual Macao, esa china portuguesa, que tiene mucho de China y poco de portuguesa.Construida sobre una trama de cine negro y con una voz en off tan tediosa como aburrida la sensación de tomadura de pelo es omnipresente durante todo el metraje.
Lo mejor: las vistas de Macao y que solo dura 85 minutos.
Lo peor: todo lo demás.
La pirogue, de Moussa Toure
14 años después de su última obra de ficción, el director senegalés Moussa Touré, asiduo a la desaparecida Muestra de Cine Africano de Barcelona, nos trae una película con el drama de las pateras como leiv motiv de la historia. Una película necesaria y para nada sensacionalista ni de lágrima fácil como hubiera sido lo más sencillo de hacer. Rodada con cierto estilo setentero y haciendo buen uso del formato panorámico como antaño, Touré nos introduce en la disyuntiva del personaje principal reacio a irse al principio a la tierra prometida, la vieja Europa (y España como punto de partida) pero que al fin se embarca. Un barco que se convierte en un microcosmos en el que los deseos, los anhelos del principio se convierten en problemas cuando las cosas empiezan a ir mal. Buen cine que combina entretenimiento con drama y denuncia contra las mafias africanas.
Lo mejor: el uso del formato panorámico y las interpretaciones.
Lo peor: algún pasaje inverosimil.
Laurence Anyways, de Xavier Dolan
Lo mejor que he visto en el festival sin duda alguna. Y seguramente una de las películas del año es esta maravilla dirigida por el imberbe (24 años) Xavier Dolan. La historia de Laurence y Fred, una pareja en apariencia perfecta cuya relación y vida da un vuelco cuando él, Laurence, le cuente a ella, Fred, que se siente mujer y quiere vivir como tal. Sin escatimar drama y comedia, con una fotografía y diseño de producción dignos de los mejores elogios, Laurence Anyways nos deja algunas de las secuencias más impresionantes del año. Y es que la historia, que abarca diez años, de 1989 a 1999 está rodada con tanta fidelidad a los espacios temporales que parece haber sido realizada en aquellas épocas.
Lo mejor: la secuencia de la fiesta con Fred entrando en escena es espectacular, y la pareja protagonista, inmensa.
Lo peor: algún pequeño bajón en la historia.
Simon Killer, de Antonio Campos
Un recién graduado universitario estadounidense viaja a París para olvidar la ruptura con su novia. Una vez allí se irá metiendo en una espiral destructiva con relación sentimental con una prostituta de por medio. En pocas palabras este sería un resumen por encima de la película dirigida por Antonio Campos protagonizada por uno de los mayores memos (al personaje me refiero) visto en una pantalla de cine en mucho tiempo. Y es que en mi caso deseé que le metieran más de una paliza o se lo cargarán por lo irritante que llegaba a ser. Punto a favor del guionista crear esos pensamientos ya que creo que de eso se trata, de que le tengas lástima o asco al protagonista.
Lo mejor: la dirección, adecuada en cada momento.
Lo peor: algunos giros de guión previsibles.
Like Someone in Love, de Abbbas Kiarostami
En su segunda (y consecutiva) película fuera de su país natal el iraní Abbas Kiraostami nos traslada a Japón con una historia que tiene lugar durante una noche y parte del día siguiente y que envuelve a tres personajes, una joven estudiante que se prostituye, el cliente de avanzada edad que contrata sus servicios y el novio de ella, un hombre conflictivo. A partir de ahí Kiarostami construye una sencilla historia comprendida entre los ya apuntados fragmentos de tiempo pero sin un principio ni un final al uso. Simplemente cuenta un momento de la vida de esos personajes, el momento que le apetece contar.
Lo mejor: la naturalidad de la historia y la bella Rin Takanashi
Lo peor: algunos momentos tediosos.
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